jueves, 22 de mayo de 2014

Metal líquido



Bienvenidos aprendices, hoy vamos a explorar un poder que todo aspirante a mentalista ha soñado  tener alguna vez, la capacidad para doblar metales con la mente. Todos hemos visto alguna vez al gran Uri Geller doblando cucharas con solo acariciarlas con la yema del dedo. Existen multitud de efectos al respecto pero casi todas se basan en un hecho muy sencillo que combina gandes dosis de teatralidad y efectos ópticos. Cuando hablamos de cucharas, una de las mejores versiones, a mi juicio, es la que realiza el gran mentalista Banachek al que os recomiendo que sigáis y estudiéis con detenimiento ya que este hombre, discípulo de James Randi, el famoso ilusionista que ha ofrecido durante años a través de su fundación un millón de dolares a quien demuestre tener poderes mentales, destapando a decenas de farsantes a lo largo de los años entre los cuales se encuentra el mismísimo Uri Geller durante su etapa inicial en la que atribuía su capacidad para doblar metales a supuestos poderes mentales. Banachek es el creador de joyas como “PK Touches" o “PK Time" entre otros.
Banacheck realiza este efecto sobre la palma de su mano y, a mi juicio, es la forma más limpia y con mayor impacto visual. Tanto el método de Uri Geller como el de Banachek se basan en el mismo concepto, el pre-doblado, es decir, montan una cuchara sobre otra de idénticas proporciones, la cual sirve de testigo para contrastar el resultado una vez haya sido doblada, y ofrecen una de las dos a uno de los presentes para que intente imitar la proeza. En este instante, sujetando la cuchara con los cuatro dedos índice, medio, anular y meñique a lo largo del mango y presionando con el pulgar la cazuela de la cuchara por su parte interior la doblamos lijeramente mientras inclinamos hacia el espectador para ofrecerles la cuchara “testigo". Ahora la posamos en la palma boca abajo y con el mango hacia los dedos y mantenemos la palma lijeramente cóncava como si quisiéramos mantener agua en la palma pero con los dedos totalmente estirados. Para mantener la cuchara en dicha posición y darle teatralidad al efecto posamos la yema del índice de la otra mano sobre el cuello de la cuchara y hacemos un movimiento longitudinal como si la frotásemos mientras vamos estirando totalmente la palma y esa concavidad que manteníamos empujará la cuchara hacia arriba observando como esta se levanta creándose así un efecto óptico que dará la impresión de doblarse. La clave está en que no vean como pre-doblamos la cuchara y el impactante efecto óptico hará el resto. Ahora solo queda pedir la cuchara “testigo"  para comprobar que efectivamente se ha doblado. Podemos repetir la operación varias veces doblando cada vez un poco más la cuhara para que no sea tan evidente el pre-doblado y no se noté tanto sobre la palma de la mano. Espero que os animéis con esta rama del mentalismo e incluyais algún efecto de doblado de metales en vuestro espectáculo. Sin más, me despido hasta el próximo artículo. Recordad, todo ha sido posible gracias a vuestra imaginación, yo solo he sido vuestro guía por el camino de la ilusión.

jueves, 8 de mayo de 2014

La técnica de “uno por delante"

Bienvenidos aprendices, a petición de uno de los nuestros, el amigo Franco Lombardo, hoy voy a exponer una técnica que todo mentalista debe conocer, la técnica de “uno por delante". Esta técnica se fundamenta en conocer una de las palabras a revelar de varias que se encuentran en el interior de sobres cerrados y fingir leerla la primera, pero en realidad leer una de las desconocidas para fingir leerla en el siguiente sobre y así consecutivamente hasta el último sobre en el que se encuentra la palabra que ya conocíamos. Este efecto lo realizaban muchos mentalistas de finales del S. XIX y principios del S.XX, estos repartían papeletas y sobres entre los asistentes al show y pedían que escribiesen una pregunta, un nombre y algún que otro dato que le facilitase la “pesca" para poder dar una respuesta coherente, ellos contaban con un compinche entre el público y entonces tomaban un sobre, lo pegababan a su frente y decían “¿hay algún Antonio Pérez en la sala? Y entonces el compinche se levantaba, tras lo cual el mentalista revelaba supuestas respuestas a sus inquietudes dando una gran credibilidad al show para el resto de los presentes, una vez hecho esto habría el sobre, lo leía (en realidad leía la papeleta de otro y obtenía los datos para el siguiente espectador) y le decía “¿esta es tu firma verdad?" Y el compinche asentía, entonces hacía un cambio y le entregaba una papeleta en blanco, guardando la que acababa de leer para entregársela al legítimo dueño la siguiente vez y proseguía con el mismo sistema hasta agotar los sobres. La duda de Franco Lombardo es como evitar este compinche o forzaje, que sería otra opción en el caso de tratarse de una revelación de una carta, y yo le propongo un “cambio de papeletas", es decir, imagina que pides tres palabras en tres papeletas a tres personas y mientras las recoges te haces con una de ellas y la sustituyes por una previamente preparada que no tiene por que tener nada escrito, simplemente las introduces en un vaso para que todo el mundo vea que están ahí, a la vista de todos y que tu no tienes forma alguna de leerlas, entonces te sientas en la mesa y desplegas la papeleta sustraída de forma secreta bajo la mesa y le hechas un vistazo simulando acomodar te en la silla. Es clave tener localizada la papeleta en blanco para dejarla para el final haciéndole algún tipo de marca o doblándola con un extremo mas largo. Así de sencillo.
Existe un efecto muy bueno en los trece escalones para realizar durante una sesión particular o durante una reunión en una casa particular. Se trata de sacar unas cinco llaves e introducir las en cinco sobres y una de ellas debe ser la de la casa en la que te encuentras, el secreto es dar el cambiazo y hacerte con la llave de la casa. Entonces sales fuera y le pides a las personas al otro lado de la puerta que vayan poniendo sobre la puerta uno a uno los sobres que contienen las llaves y cuando consideres dices “¡esa es, pásame el sobre bajo la puerta!". Abres el sobre y te guardas la llave que contenga, coges la auténtica, abres la puerta y recibes un baño de aplausos.
Espero haber respondido a la inquietud de Franco Lombardo con este artículo y haberos aportado algo nuevo a todos. Sin más, os recuerdo que todo es posible gracias a vuestra imaginación, yo solo he sido vuestro guía por el maravilloso mundo de la ilusión.